domingo, 3 de marzo de 2013

Escenificando una búsqueda

Perdemos la inocencia de una manera tan drástica...
Una hostia y nada más,
aunque un millón de hostias duelen más.
Y mientras tanto echo de menos
a la niña que algún día hubo en mí.
Dicen que no hay que perderla
pero fijaos en esta cicatriz. 

(señalando a la propia cara)

De tantas y tantas vueltas que dí.
De lo que hubo, ya no queda nada.
Sólo puñados y puñados de sal aquí.

(señalando el propio pecho)

Ahora busco niños por ahí,
me acerco, los miro,
busco el brillo que en los ojos quedó tras de ti.
Porque en el fondo
somos miles y miles de niños
jugando a no sonreir.

(señalando al público)

Maldita edad adulta
maldita pelea, ésta de la vida.
¿Qué más ya nos pueden pedir?
Perdemos la inocencia de una manera drástica.
Una hostia y nada más.
Aunque un millón duelen más,
mientras tanto echo de menos
a la niña que algún día hubo en mí.
Dicen que no hay que perderla...
pero fijaos en esta cicatriz.

(señalando la propia cara) 

Sí, tantas y tantas vueltas dí.
De lo que hubo ya no queda nada.
Sólo puñados y puñados de sal aquí.

(señalando el propio pecho)

Ahora busco niños por ahí,
me acerco, los miro,
busco el brillo que en los ojos quedo tras de ti.

(señalando al público) 

Sí, porque en el fondo somos miles y miles de niños
jugando a no sonreir.
Maldita esta edad adulta,
maldita pelea ésta de la vida.
¿Qué más ya nos pueden pedir?

Rastros de sangre de intenso carmín

(mirando al cielo)

                           Eli D. Dragón

No hay comentarios:

Publicar un comentario