lunes, 11 de marzo de 2013
domingo, 3 de marzo de 2013
Escenificando una búsqueda
Perdemos la inocencia de una manera tan drástica...
Una hostia y nada más,
aunque un millón de hostias duelen más.
Y mientras tanto echo de menos
a la niña que algún día hubo en mí.
Dicen que no hay que perderla
pero fijaos en esta cicatriz.
(señalando a la propia cara)
De tantas y tantas vueltas que dí.
De lo que hubo, ya no queda nada.
Sólo puñados y puñados de sal aquí.
(señalando el propio pecho)
Ahora busco niños por ahí,
me acerco, los miro,
busco el brillo que en los ojos quedó tras de ti.
Porque en el fondo
somos miles y miles de niños
jugando a no sonreir.
(señalando al público)
Maldita edad adulta
maldita pelea, ésta de la vida.
¿Qué más ya nos pueden pedir?
Perdemos la inocencia de una manera drástica.
Una hostia y nada más.
Aunque un millón duelen más,
mientras tanto echo de menos
a la niña que algún día hubo en mí.
Dicen que no hay que perderla...
pero fijaos en esta cicatriz.
(señalando la propia cara)
Sí, tantas y tantas vueltas dí.
De lo que hubo ya no queda nada.
Sólo puñados y puñados de sal aquí.
(señalando el propio pecho)
Ahora busco niños por ahí,
me acerco, los miro,
busco el brillo que en los ojos quedo tras de ti.
(señalando al público)
Sí, porque en el fondo somos miles y miles de niños
jugando a no sonreir.
Maldita esta edad adulta,
maldita pelea ésta de la vida.
¿Qué más ya nos pueden pedir?
Rastros de sangre de intenso carmín
(mirando al cielo)
Eli D. Dragón
Una hostia y nada más,
aunque un millón de hostias duelen más.
Y mientras tanto echo de menos
a la niña que algún día hubo en mí.
Dicen que no hay que perderla
pero fijaos en esta cicatriz.
(señalando a la propia cara)
De tantas y tantas vueltas que dí.
De lo que hubo, ya no queda nada.
Sólo puñados y puñados de sal aquí.
(señalando el propio pecho)
Ahora busco niños por ahí,
me acerco, los miro,
busco el brillo que en los ojos quedó tras de ti.
Porque en el fondo
somos miles y miles de niños
jugando a no sonreir.
(señalando al público)
Maldita edad adulta
maldita pelea, ésta de la vida.
¿Qué más ya nos pueden pedir?
Perdemos la inocencia de una manera drástica.
Una hostia y nada más.
Aunque un millón duelen más,
mientras tanto echo de menos
a la niña que algún día hubo en mí.
Dicen que no hay que perderla...
pero fijaos en esta cicatriz.
(señalando la propia cara)
Sí, tantas y tantas vueltas dí.
De lo que hubo ya no queda nada.
Sólo puñados y puñados de sal aquí.
(señalando el propio pecho)
Ahora busco niños por ahí,
me acerco, los miro,
busco el brillo que en los ojos quedo tras de ti.
(señalando al público)
Sí, porque en el fondo somos miles y miles de niños
jugando a no sonreir.
Maldita esta edad adulta,
maldita pelea ésta de la vida.
¿Qué más ya nos pueden pedir?
Rastros de sangre de intenso carmín
(mirando al cielo)
Eli D. Dragón
viernes, 1 de marzo de 2013
En la balsa
Como en un cuadro
Como en un sueño
Eli D. Dragón
(Fotos de John Martín Martín)
Retazos III
y lo guardo dentro de una vitrina.
El tiempo perdido es como espuma,
que lanzo con fuerza hacia la luna.
En cambio, aquel del que no me acuerdo,
los labios me muerdo pero no recuerdo,
no me deja hoy dormir y casi es la una.
Eli D. Dragón
Retazos II
Si tu boca se confundiera con el húmedo musgo
y hundiera en ella mil caracolas sin dueño.
Y al cerrar los ojos, yo percibiera
la transformación de mi ansia en cálido sueño.
Si tus manos dijeran que por fin tengo cuerpo
y al recorrerlo recibieran frutos,
porque sin más miedo, me estremezco.
Eli D. Dragón
Retazos I
las pestañas de tus ojos
en las llagas de mi pecho,
recuerdo el llanto
que hoy dejé en mi lecho
y empiezo a quemar rastrojos.
Eli D. Dragón
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